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jueves, 14 de marzo de 2013

JUVENTUS: PARTE II


La armadura de Andrea

La Juventus volvía a ser campeona. Antonio Conte trajo a Turín de nuevo ese nivel competitivo que nunca debió irse. Estamos en el segundo acto de esta renacida Juve. Conte en su primera temporada, sin participación europea, llevó al equipo a la final de la Coppa de Italia cayendo por 2-0 ante un incontestable Nápoles. Pero el mayor logro del entrenador italiano fue darle el Scudetto tras nueve años sin saborearlo. Durante 38 jornadas la Juventus ‘campeonó’ por Italia y estuvo invicta en todo el curso.
La mejor representación de que una nueva Juventus estaba llegando fue ver, en numerosas y obligadas situaciones, a una institución bianconera como Alessandro Del Piero acomodándose en los asientos del nuevo Juventus Stadium.
La gran clave del éxito de Conte en Turín fue saber adaptar esa plantilla a un método de juego muy concreto. A la par que él, llegó a la ciudad transalpina Il Metrónomo, un jugador al que la clase se le cae de los bolsillos pero que parecía que su carrera iba cuesta abajo y sin frenos. Andrea Pirlo tuvo en Milán un último año complicado, en plena renovación del equipo rossonero su identidad en campo se diluyó, Massimiliano Allegri no concordaba con el fútbol que Andrea practicaba. Pirlo templa el juego y desahoga a propios e inmoviliza ajenos siempre con criterio. Allegri buscaba otra manera de jugar al fútbol, más directa, sin templanzas, que se necesitara menos tiempo para generar. No había tiempo para Andrea. Su posición en la base de la jugada ya no tenía sentido, pasó jugar en banda y ahí no era feliz.

Giusseppe Marotta fue inteligente y se lo llevó cerquita de los Alpes. Pirlo tenía aún jugo por extraer, simplemente había que darle lo que necesitaba, ya no es un futbolista de 26 años. Para mimar a Andrea había que ofrecerle un sistema de juego en el que él se sintiera cómodo sobre el césped y no sufriera en exceso. Una armadura para proteger al guerrero, o mejor, una armadura para proteger al bailarín. Se confió para crearla en un herrero que conocía bien la forja.

Antonio Conte, previa llegada a Torino, usaba en sus equipos un sistema 4-4-2. En sus comienzos continuó usándolo, aunque la Juventus por plantilla obligara a usar mejor un 4-2-4. Claudio Marchisio era el fiel escudero de Pirlo en mediocampo. Siempre los extremos bien cerca para enlazar esa profundidad que se desarrollaba desde el ex-milanista.
La Juventus era, en ocasiones, única y totalmente Andrea. Él era el que con mucha paciencia depuraba las jugadas bianconeras, si cualquier salida de balón se emborronaba, la hacía cristalina. Él le daba la base a todas las piezas del equipo para poder realizar su trabajo con la máxima eficiencia. Oxigenaba a todos los compañeros ofreciéndose y desequilibrando posteriormente. Trascendental su figura.
La idea de Conte estaba teniendo éxito. El comienzo de la temporada fue asombroso.
Aunque no todo eran rosas en Turín, valga el color de su segunda equipación. Este sistema tenía sus riesgos, cuando Pirlo no conseguía bombear sangre al equipo, y Marchisio no podía asistirle con fiabilidad, la clara dependencia del elegante melenudo quedaba en evidencia. Pirlo ya no era un jugador rápido, no sirve para mantener marcas, y sufre cuando le cogen la espalda. En cuanto quedaba desprotegido la Juventus sufría.

La aparición del sistema 3-5-2

Por suerte para la afición Juventina, esto solo eran problemas deportivos, no se agudizaba ninguna especie de crisis, eran los problemas típicos de la creación. La búsqueda del modelo definitivo. Antonio Conte, en un ataque de buen entrenador, imaginó darle más protección a Andrea. Si había que variar el sistema por él, se hacía. Emergió entonces la figura de Arturo Vidal, el joven chileno demostró virtudes en Leverkusen y era el momento de ver el sentido de su fichaje. Arturo, que en Alemania actuaba más de volante único, se adaptó a lo que Conte le pedía y entonces creció enormemente. Situarse de interior al lado de Pirlo era su misión. El plan era centrar más en la base a Andrea y que Marchisio tuviera más protagonismo en la salida y asociación. Así, Andrea contaba con dos escuderos, uno a cada lado. Por si fuera poco, Conte propuso darle aún más posibilidades y vías de proyección y desahogo a Pirlo, le situaba en el terreno otros dos escuderos, largos. Estos eran dos laterales avanzados, o dos carrileros. Siempre buscando ofrecer opciones para el generador y tener el mayor número de futbolistas posible bien cerca.
Con esto teníamos un nuevo sistema de juego, el 3-5-2. Una de las tantas fantásticas ideas y posibilidades que ofrece la táctica futbolística.

Este planteamiento es con el que la Juventus llegó a final de temporada, Conte iba por el buen camino, y decidió seguir puliendo la idea de cara a la presente campaña.
Buscaba reforzar más los puestos de carrileros, las llegadas de Martín Cáceres -mercado invernal-, Mauricio Isla y Kwadwo Asamoha, ambos de Udinese, completaban las demarcaciones. Entre los tres se desembolsó más de 25 millones de euros. Pero la principal incorporación para este curso fue la vuelta de Sebastián Giovinco a la que fue su casa. La Formica atómica regresaba tras dos buenos años cedido en el Parma. La llegada de Giovinco es importante en el sentido de que es un perfil de futbolista que le faltaba al equipo. Ese segundo punta con mucha movilidad y capacidad de generar espacios cerca de los centrales. Cuando inició su carrera, Giovinco tenía proyección de trequartista, una posición muy concreta y muy desarrollada siempre en el Calcio.
Completaron la plantilla jugadores como Lucio, Nicklas Bendtner o, una debilidad personal como es, Paul Pogba.

Conte mantiene el 3-5-2 pero con la intención de evitar que Pirlo se vea abordado por tanta tarea, busca depender menos de él aun siendo el vértice del que salgan todas las líneas de juego. Andrea es la fuente, pero el agua debe canalizarse por varias vías.
El propósito es que, a parte del mediocentro, el resto de jugadores se beneficien del planteamiento en el campo.

La defensa de tres no tendría el mismo sentido si no se contara con los tres centrales de la Juventus, Chiellini, Bonucci y Barzagli. El primero, quizá el mejor de los tres, es el central zurdo, Barzagli, que vuelve a estar en un gran momento de su carrera, el diestro. Bonucci, el más joven, actúa en el medio ya que es el que mejor salida de balón posee.
Esta defensa desarrolla uno de los mejores repliegues defensivos de toda Europa, tienen gran capacidad para cerrar espacios rápidamente para evitar sorpresas. En situaciones de transición defensiva conforman una defensa de cinco con los dos carrileros, un 5-3-2.

Por la derecha suele actuar el suizo Lichtsteiner, también Cáceres o Mauricio Isla, de corte más ofensivo. La banda derecha es de Asamoha o Emanuele Giaccherini. Simone Pepe o De Ceglie ocupan en ocasiones estos puestos. Son siempre un apoyo más para Pirlo y en juego posicional atacan hasta línea de fondo como un extremo más.

En la delantera, existen cinco o seis jugadores para dos puestos. Quizá a la Juve lo que le falte es un gran delantero  -veremos si Fernando Llorente entiende la manera de juego-, aunque los que usa se adaptan perfectamente a lo que pide Conte. Un delantero dinámico, que haga las veces de mediapunta, que corra, provoque fisuras en la defensa y haga rupturas en el fuera de juego y a espaldas de los centrales, Sebastián Giovinco. Y otro delantero con menos movilidad pero más asociativo, que fije a la defensa y pivote, con presencia en área rival pero que maneje las bandas, Mirko Vucinic. Quagliarella y Matri alternan ambos puestos. Más testimonial es la participación del danés Bendtner.

Claudio Marchisio y Arturo Vidal magnifican el centro del campo

En el centro del campo Pirlo es el que lleva el mando, jugando siempre por delante de los centrales él ayuda, genera, sitúa, templa, acelera, oxigena, rompe, clarifica y gestiona el juego. Sin contar cuando tenga un día más inspirado de lo normal y sea absolutamente diferencial y decisivo en sus asistencias. Su visión de 360º del campo y sus desplazamientos en largo/corto son envidiables. Podría tirarme renglones enteros hablando de Andrea, pero ya todos le conocemos. Clase mundial.
Hemos planteado a grandes rasgos en que consiste su armadura pero sin tocar aún en demasía lo que tiene Pirlo a mano.
Marchisio y Vidal son sus fieles escuderos, sus pulmones, protegiéndolo en todo momento para que consiga desplegar su fútbol cómodamente y para bien del equipo. Ambos son titulares casi indiscutibles y forman junto a Andrea el ‘MVP’ del centro del campo turinés.
Arturo y Claudio se ven claramente beneficiados también por el sistema, esta temporada han alcanzado buenas cifras goleadoras con sus llegadas al área y continua presencia en tres cuartos de campo. Ocupan más metros para enlazar.
Marchisio está más dotado de finura en la asociación y no va falto de talento en momentos límite.
Vidal es un prodigio, es un despliegue físico continuo partido tras partido. El chileno tiene un gran sentido táctico, es muy polivalente, veloz y posee un buen disparo. No es muy ducho en el regate pero se deshace de rivales por pura potencia.
El tercer hombre en ocupar el cargo de protector de Pirlo es el joven francés Paul Pogba. De menos a más en la temporada, siempre que Arturo o Claudio se ausentan, ahí está el para suplir con garantías. Pogba es otro futbolista más de corte físico, quizá no tan veloz como Vidal pero con más presencia, tiene gran zancada y un disparo mordaz.
Es fuerte y con alto fondo físico. Va bien al corte y a la asociación. Con tan solo 20 años ya tiene un enorme potencial. Paul vino como mediocentro puro, siempre se desempeñó ahí, pero debido a sus condiciones físicas Conte decidió situarlo de interior con más libertad. Cierto es que, en ausencia de Andrea y en ciertos partidos, él ha sido el protegido con Isla, Giaccherini o Marchisio asistiéndole.

La base de esta Juventus campeona es Andrea, su Regista, así catalogan los italianos a los jugadores de esa posición. Un futbolista que cuanto más cómodo se sitúe en el campo y el esquema, más peligroso es para los rivales y asimismo para la propia Juve, que no puede caer en estancamientos, debe progresar. Conte ha sido capaz de armar a Pirlo fenomenalmente. Es el momento de coger el molde, no vaya a ser que la pieza se rompa y nos quedemos sin armadura.

lunes, 11 de marzo de 2013

JUVENTUS: PARTE I


De 'El Sargento de Hierro' a 'El Herrero'


La Juventus de Turín quizá tuvo en Fabio Capello a su último gran entrenador, de estirpe ganadora y con mano, mando y sello en el club. En el año 2006 la institución turinesa sufría uno de los golpes más duros de su historia, la justicia italiana descendía al club a la Serie B tras verse involucrado en el escándalo de corrupción del fútbol italiano, el denominado ‘Moggigate’. Era desposeído de sus últimos scudettos, conseguidos con Don Fabio, y penalizado con 30 puntos menos en la segunda división.
El sargento de hierro y varias de sus figuras abandonaban aquel barco a la deriva. Los Del Piero, Nedved, Camoranesi y Buffon no tuvieron miedo de ahogarse. El valiente que se atrevió a intentar reflotar al equipo no fue otro que Didier Deschamps. El francés logró lo casi imposible y prácticamente se paseó por la Serie B. Ascendió al equipo y su continuidad parecía clara pero, finalmente y aún quedándole un año de contrato, rompió relaciones con el club piamontés. Hubiera sido interesante ver a Didier en primera división. Su propuesta de juego era valiente y fiable.
En junio de 2007 se anunciaba la contratación de Claudio Ranieri, y aunque las pretensiones de la Juventus eran contratar a Marcelo Lippi, este se negó y fue Claudio que aceptó el cargo de entrenador.

En su primer año consigue sacar buen rendimiento al equipo, llega a cuartos de final de la copa y lo mete en Champions, parecía que la Vecchia Signora había vuelto. Ranieri no comienza nada mal en su segunda temporada, en la Seria A se mantiene arriba y tiene un buen papel en Europa -gana en el Bernabéu, exquisito Alessandro- por lo que su campaña se creía mejorada. Pero el rumbo se torció y las cosas dejaron de avanzar por el camino ascendente. Simplemente Ranieri no era el entrenador del nivel que requiere la Juventus. Su juego era poco efectivo y demostraba escasez de recursos. El Chelsea les echa en octavos de la Champions, pierden en semifinales de copa contra el Lazio y perdían el ritmo en liga que les alejaba de la clasificación directa a la liga de campeones. El Milan se les escapaba y la Fiore, que era cuarta, ya les acechaba. A dos jornadas del final de temporada, Claudio fue cesado del cargo y su lugar lo ocupaba Ciro Ferrara, que jugó en el club durante nueve temporadas. Ferrara formaba parte por entonces del cuerpo técnico de la selección italiana.

Pasando por Ferrara

El ex-futbolista cumplió en el final de esa temporada e inmediatamente la Juventus tramitó con la federación italiana su fichaje como primer entrenador. El club vivía una situación muy confusa, tanto institucional como deportivamente. Ese curso comenzaron bien las cosas y se situaba a los juventinos como alternativa al Inter de Milán a ganar el Scudetto (Mourinho al mando), pero la eliminación en Champions League en la fase de grupos en un partido frente al Bayern de Munich y el partido en cuartos de final de la Coppa ante el Inter que les dejaba fuera precipitaron la inmediata destitución de Ferrara como entrenador. Apenas se notó la mano de Ciro en el equipo.

En enero de 2010 cogía el banquillo turinés Alberto Zaccheroni, un entrenador que llevaba tres años sin ejercer. Zaccheroni llegaba a un vestuario sin ánimo, que estuvo mostrando un juego pésimo durante toda la temporada, con un Amauri denostado y sin alternativas en ataque. Como no podía ser de otra manera, Il Capitano era el único que llevaba en cada partido el peso del escudo sobre sí. Con Zaccheroni se consiguió pasar dos eliminatorias de la Europa League, hasta que el Fulham, finalista ese año contra el Atlético de Madrid, les echaba en octavos de final.
Finalmente el equipo logra meterse en puestos europeos con una carambola, la Roma e Inter, finalistas de copa, se clasifican para Champions permitiendo a la Juventus ir a la Europa League aún quedando séptimos. Zaccheroni no continuará en Turín.


El club del norte de Italia se hacía con los servicios de Luigi Del Neri, un entrenador con prestigio tras haber clasificado a la Sampdoria para la Champions League en una excelente temporada. Del Neri firmaba por dos años acallando los rumores que situaban a Rafa Benítez en el cargo.
La temporada con Luigi superó incluso a la anterior. La planificación de la plantilla resultó un desastre. Del Neri no logró implantar su sello vistoso en el equipo. Los fichajes de ese verano no acabaron de cuajar. El equipo se ve fuera en la fase de grupos de la Europa League frente al Manchester City y el Poznan, la Roma les apea de la Coppa en cuartos de final y no logran pasar del séptimo puesto en la Serie A. Del Neri era destituido antes de finalizar su contrato.


Una nueva Juventus comenzaba

El 31 de mayo de 2011 la Juventus de Turín firmaba a Antonio Conte como nuevo entrenador del equipo. Mítico ex-jugador y capitán del club bianconero donde militó trece temporadas. Conte inició su carrera en los banquillos en 2005 y le avalaban sus sendos ascensos a la Serie A con el Bari y el Siena, en 2008 y 2011 respectivamente.
El inicio de esa temporada fue un claro punto de inflexión para el club transalpino.

La Juventus estrenaba un gran y moderno estadio -primer equipo italiano con estadio en propiedad- sumado al inicio de una muy buena campaña de abonados al club. El Stadio Delle Alpi ya era historia.
Giuseppe Marotta, nuevo director general del área deportiva desde hacía menos de un año, decidió tirar de talonario y dar hasta más de diez altas en el equipo y casi el mismo número de bajas. Alessandro Matri, Fabio Quagliarella, Simone Pepe, Reto Ziegler, Stephan Lichtsteiner, Emmanuele Giaccherini, Arturo Vidal y Mirko Vucinic aterrizaban en la capital del Piamonte. Con mucha inteligencia y buen criterio deportivo se decidió que Andrea Pirlo iba a ser la piedra angular de ese nuevo proyecto. Había que dotarle de un buen traje armado para poder competir a un alto nivel.
Antonio Conte fue el elegido para hacerlo, “El Herrero” debía comenzar a trabajar.

"Queremos ganar y queremos volver a hacerlo con Antonio Conte. Él es la primera pieza de un mosaico para volver al éxito" Andrea Agnello, presidente la Juventus.